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5 consejos para que tus neumáticos duren más tiempo en buen estado

Las ruedas en el coche son más importantes de lo que parece. No solo hay que revisarlas cuando se pinchen o cuando en la ITV te digan que hay que cambiarlas. Por eso, desde Talleres M. Gallego te vamos a dar 5 consejos para que tus neumáticos duren más tiempo en buen estado.

Hay de todo tipo, como es lógico, y con un catálogo de prestaciones, calidades y precios muy diferentes.

Pero no se trata de un elemento precisamente barato, ya que su fabricación es toda una obra de ingeniería para lograr un compromiso óptimo entre agarre/seguridad, aceleración, confort, eficiencia energética y ruido… que se irá al traste si se cristaliza, se desgasta de forma desigual o su dibuje llega a ser inferior de los 2 mm, aunque por ley no sea obligatorio cambiarlos hasta los 1,6mm.

Sin embargo, en todos los neumáticos puedes alargar su uso, o por lo menos, no hacer que se desgasten más rápido, para que no te veas en la obligación de sustituir una rueda, dos o las cuatro antes de lo que sería razonable. Por eso, creemos que te serán útiles estos 5 consejos para hacer que tus neumáticos duren más tiempo en buen estado.

1. Adquisición

Suena evidente, pero no lo es. Elegir el neumático adecuado desde el principio puede ser una garantía para que dure lo que debe y, sobre todo, responda mejor en cada kilómetro. No te fíes de las marcas muy baratas que no ofrezcan unas prestaciones mínimas y, sobre todo, no compres neumáticos usados, ya sea a través de páginas o apps de segunda mano o en desguaces.

Este tipo de ruedas no ofrecen ninguna garantía. Aunque el dibujo del neumático se vea bien, puede que la ITV los eche para atrás, solo en un laboratorio con aparatos de medición precisos podrían certificar que la calidad es óptima y ni la estructura ni sus componentes están deteriorados.

2. Número DOT

Otra de las cuestiones que debes controlar siempre, incluso en los neumáticos nuevos, es la fecha de fabricación, que suele aparecer en el llamado número DOT, que es donde figuran cuatro números que corresponden a la semana y el año en que fueron producidos, o también en un código específico que costará más descifrar.

En cualquiera de los casos, hay que vigilar este parámetro, teniendo en cuenta que con independencia de su uso los fabricantes suelen recomendar que los neumáticos se sustituya como tarde, a partir del cuarto o quinto año.

3. Presiones, equilibrado y paralelo

Ya en marcha, uno de los grandes trucos infalibles para todo está en el uso que se le dé. Además de evitar aceleraciones bruscas o frenazos, incluso en una utilización correcta y normal, lo que debes llevar al día son las presiones.

Para ello, compruébalas cada 15 días aproximadamente. Hazlo siempre que puedas con un manómetro propio mejor que con los de la gasolinera, que suelen ser más imprecisos.

Tampoco te quedes corto ni te excedas, procura ceñirte a las recomendaciones del fabricante.

De esta manera, no comprometerás los consumos, la seguridad… De hecho, circular con presiones inadecuadas puede acortar la vida de tus neumáticos tanto como no llevar correctamente el equilibrado y el paralelo de las llantas.

4. Charcos, bordillos, sol…

A la hora de estacionar, también hay que mirar por tus ruedas. Conviene tratar de no pegar demasiado las llantas a los bordillos al maniobrar y cuidar de que los neumáticos no queden encima de los bordillos.

Es recomendable también evitar los lugares muy irregulares o en los que haya cristales, clavos, pedruscos u otros desperdicios. También conviene no acostumbrarse a dejar la dirección girada o colocar las ruedas sobre charcos, barro o corrientes de agua, porque con el tiempo acabarán por pudrir las cubiertas.

5. Falta de movimiento

Por último, no olvides que las ruedas están pensadas para rodar, no para estar demasiado tiempo quietos. Si no hay mas remedio, trata de arrancar el vehículo una vez a la semana, rodarlo un poco o cambiarlo al menos de posición. De esta manera, además de preservar la batería, frenos, manguitos, correas y otros elementos perecederos, reducirás el riesgo de que tus cubiertas se cristalicen, pierdan presión, se pudran, se deformen o queden inservibles sin forma de recuperarlos.

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